El joven Yaññadatta había sido mordido por una serpiente venenosa. Sus padres lo llevaron a los pies de un asceta y lo depositaron en el suelo diciendo: “Reverendo señor, los monjes conocen hierbas medicinales y encantamientos; cura a nuestro hijo.” “No conozco hierbas, no soy médico.” “Pero eres un monje; por caridad haz un acto de verdad para que se cure este niño.” El asceta replicó: “Muy bien, haré un acto de verdad”. Puso la mano sobre la cabeza de Yaññadatta y recitó los siguientes versos: Solo una semana viví la vida santa, el corazón tranquilo, en busca del mérito. La vida que he vivido por cincuenta años desde entonces, contra mi voluntad ha sido. Por esta verdad, ¡la salud! ¡El veneno es vencido! ¡que viva Yaññadatta! Inmediatamente el veneno salió del pecho de Yaññadatta y se hundió en la tierra. El padre entonces puso su mano sobre el pecho de Yaññadatta y recitó los siguientes versos: Nunca me gustó ver que un extraño viniera a quedarse. Nunca me gustó dar. Pero mi disgusto, ni monjes ni brahmanes jamás supieron, por doctos que fueran. Por esta verdad, ¡la salud! ¡El veneno es vencido! ¡que viva Yaññadatta! Inmediatamente el veneno salió de la espalda del pequeño Yaññadatta y se hundió en la tierra. El padre pidió a la madre que hiciera un acto de verdad, pero la madre replicó: “Yo tengo una verdad, pero no puedo recitarla en tu Presencia.” El padre replicó: “¡Haz que mi hijo sea sano de cualquier modo!” Así, la madre recitó los siguientes versos: A esta maligna serpiente que salió de la grieta para Morderte no la odio más, hijo mío, de lo que a tu padre odio. Por esta verdad, ¡la salud! ¡El veneno es vencido! ¡que viva Yaññadatta! Inmediatamente el resto del veneno se hundió en la tierra y Yaññadatta se levantó y comenzó a retozar13. Este cuento podría utilizarse como un texto de psicoanálisis. La revelación de la verdad reprimida, profundamente oculta bajo años de mentiras y actos falsos que han matado al niño (es decir, que han matado el futuro, la vida,de esta familia miserable, hipócrita, que vive engañándose), basta, como la magia, para sacar el veneno del pobre cuerpo paralizado, y entonces todo lo que hay de falsedad (ásat), “inexistencia”, se torna realmente inexistente. La vida rebrota con fuerza, y lo vivo se reúne con lo que estaba vivo, La noche de la inexistencia intermedia queda atrás.
Filosofías de la India. Heinrich Zimmer.
Filosofías de la India. Heinrich Zimmer.
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