viernes, 6 de enero de 2012

Secretos

Al cabo de tres meses regresó por tercera vez a la taberna con Joe. Olvidó, y volvió a vivir y, al hacerlo, comprendió con claridad la bestia en que se estaba convirtiendo, no por culpa de la bebida sino del trabajo. La bebida era un efecto, no una causa. Seguía inevitablemente al trabajo, de igual modo que la noche sigue al día. No alcanzaría las alturas convirtiéndose en una bestia de carga, fue el mensaje que el whisky le susurro, y él movió la cabeza en señal de asentamiento. El whisky era sabio. Contaba secretos.

(Martin Eden, Jack London)

----------
Enviado vía Nokia Email

No hay comentarios: