Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida. Por eso cuando alguien muere de muerte violenta, solemos decir: "se lo busco". Y es cierto, cada quien tiene la muerte que se busca, la muerte que se hace. Muerte de cristiano o muerte de perro son maneras de morir que reflejan maneras de vivir. Si la muerte nos traiciona y morimos de mala manera, todos se lamentan: hay que morir como se vive. La muerte es intransferible, como la vida. Si no morimos como vivimos es porque realmente no fue nuestra vida que vivimos: no nos pertenecía como no nos pertenece la mala suerte que nos mata. Dime cómo mueres y te diré quién eres.
(El laberinto de la soledad, Octavio Paz)
Desde la inexistencia a la existencia llegó a muchos y fue como uno recibido: existencia con existencia él estaba con cualquiera como cualquiera con cualquiera: desde la existencia a la no-existencia una vez que faltara sería por todos como nada percibido. (Ulises. James Joyce)
martes, 7 de octubre de 2014
Muerte
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