jueves, 6 de marzo de 2008

el escrito de la semana

Tres suceso marcaron la vida de James Joyce cuando estuvo en Roma, en esos pocos meses tortuosos para el escritor irlandés.
1) saber que no fue el primer gran amor de su esposa Nora, ya que un joven hizo por ella un sacrifico de amor gigantesco.
2) vagar por las calles romanas de noche y aprender el significado de la frase italiana de: "Roma é Roma". y en esos vagabundeos, la semilla del Ulises nació, modificando la literatura como ya todos conocemos.
3) y por último, escribir su cuento "los muertos", contándonos su sentir con su esposa, y finalizar con ello su libro "Dublineses".

Roma, fue como una pesadilla para Joyce... aun así, y también, toda pesadilla tiene su sabiduría. recordemos el estupendo cuento "Los Muertos"

ciao.

James Joyce
Los Muertos (fragmentos)

-¿Y por qué va usted a Francia y a Bélgica –dijo Miss Ivors- en vez de visitar su propio país?
-Bueno –dijo Gabriel-, en parte para mantenerme en contacto con otros idiomas y en parte por dar un cambio.
-¿Y no tiene usted su propio idioma con que mantenerse en contacto, el irlandés? –le preguntó Miss Ivors.
-Bueno –dijo Gabriel-, en ese caso el irlandés no es mi lengua, como sabe.

... La miró mientras dormía como si ella y él nunca hubieran sido marido y mujer. Sus ojos curiosos se posaron un gran rato en su cara y su pelo: y, mientras pensaba cómo habría sido ella entonces, por el tiempo de su primera belleza lozana, una extraña y amistosa lástima por ella penetró en su alma. No quería decirse a sí mismo que ya no era bella, pero sabía que su cara no era la cara por la que Michael Furey desafió la muerte.

El aire del cuarto le helaba la espalda. Se estiró con cuidado bajo las sábanas y se echó al lado de su esposa. Uno a uno se iban convirtiendo ambos en sombras. Mejor pasar audaz al otro mundo en el apogeo de una pasión que marchitarse consumido funestamente por la vida. Pensó cómo la mujer que descansaba a su lado había evocado en su corazón, durante años, la imagen de los ojos de su amante el día que él le dijo que no quería seguir viviendo.

Caía, así, en todo el desolado cementerio de la loma donde yacía Michael Furey, muerto. Reposaba, espesa, al azar, sobre una cruz corva y sobre una losa, sobre las lanzas de la cancela y sobre las espinas yermas. Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todo los vivos y sobre todos los muertos.

3 comentarios:

Natalia Book dijo...

Has escogido un trozo genial de "los muertos". Será mi próxima lectura.Imagina, he leído el Ulises y la poesía de Joyce y no he leído "dublineses". ME imagina a Joyce vagando por Roma omo Bloom por Dublín, ¿Y qué hizo la otra persona por la mujer de Joyce?
Saludos

MaYaNuSh K dijo...

Así es... en toda pesadilla hay sabiduría. Y lo sabio está en darnos cuenta y aprender de ello...

Que buen fragmento. Lo he disfrutado muchisimo.

Un abrazote mi querido enrique pin-pon... seguiremos jugando.. y sin retas. jaja. Seguiré visitando tu blog que tanto me gusta. ¡Y muchas gracias por los comentarios!.

Enrique dijo...

¿qué hizo el amor de juventud por la esposa de joyce?

nora es de galway, ahí vivía un romance con un chico que tuvo que dejar cuando se fuera para dublín; la noche anterior a su viaje, el joven, que se encontraba enfermo, fue hasta su casa y estuvo cantando desde la calle. nora salió para decirle que se fuera a su casa, ya que iba a enfermar más, pero él le dijo que no le importaba. nora viajó a dublín como estaba dispuesto, y tiempo despúes se enteró de que el joven había muerto. nora se volvió distante con la ciudad, no obstante, cuando vio a joyce, lo que le llamó la atención de él fue su gorro de marinero (creyó que era de suecia, si no me equivoco), y sus hermosos ojos que le recordaron al enamorado muerto. quizás por ello inició su relación con la mujer que se convirtió en su fortaleza para las aventuras que estaban por sucederle.