domingo, 22 de marzo de 2009

muralag

Yo no puedo decidirlo. Porque no soy soltera. Aunque a veces, separada… no de mi esposo, no. Los cuerpos están separados. Si usted me pincha, no sufre. ¿Qué estaba diciendo? ¡Ah, sí! Estuve enferma. Sí, pero no debo pensar en ello. Es decir, debo pensar que… todo lo que me sucede, es mi vida. Es así. Lo siento. Disculpe.


(Deserto Rosso. Michelangelo Antonioni.)



























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