Noches Áticas
No es la cantidad de conocimiento lo que enriquece al espíritu.
Amad –dice- como pudiendo odiar en seguida; y odiad como pudiendo amar algún día.
No es dado a todos abordar Corinto.
La lengua no debe agitarse al azar y sin reglas, si no sujetarse con fuerte lazo al pensamiento y no servir más que para obedecerle.
Los dientes son una barrera que opone la naturaleza a la impetuosidad de la lengua.
No existe entre los hombres tesoro más precioso que una lengua dueña de sí misma: Nada agrada tanto como una lengua cuyo movimiento es prudente.
Hesiodo.
Tened siempre presente esta verdad: no esperéis nada de vuestros amigos en vuestros asuntos cuando podáis realizarlos por vosotros mismos.
La mujer con quien te cases será hermosa o fea; si es hermosa, prepárate a compartirla con otros; si es fea, te casarás con una furia. No es mejor lo uno con lo otro: luego no te cases.
Si aquella con quien me case es hermosa, no será una furia; si es fea, estoy seguro de no compartirla con otro; luego debo casarme.
El hombre es como el hierro. Servíos del hierro y se desgastará; si no os servís de él se oxidará y destruirá así; vemos que el hombre se desgasta por el trabajo, si permaneciese ocioso, la inercia y el embotamiento le perjudicarán más todavía.
No ocultes nada; porque el tiempo, que lo ve todo y lo oye todo, todo lo revela
Sófocles
(Noches Áticas, Aulus Gellius)
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