En
todas partes la sociedad burguesa insiste en el esfuerzo de la voluntad; sólo el
amor es involuntario, pura inmediación del sentimiento... Si el amor debe ser
representación de una sociedad mejor dentro de la existente, no puede serlo
como un enclave de paz, sino sólo en la oposición consciente... Sólo ama el que
tiene fuerzas para aferrarse al amor. Cuando la ventaja social, sublimada,
conforma incluso el impulso sexual haciendo espontáneamente aparecer atractivos
ora a estos ora a aquellos mediante mil matizaciones de lo sancionado por el
orden, a esa ventaja se opone la inclinación afectiva, una vez suscitada, al
perseverar en sí misma donde la gravitación de la sociedad –antes de todo
intriga, que luego normalmente pone a su servicio– no se lo permite... Al
traicionar a la persona amada se traiciona a si misma.
(Minima Moralia, T. W. Adorno)
No hay comentarios:
Publicar un comentario