Ella hace del mal una flor. Pero su liso perfil es un criptograma de la más
unívoca de las reacciones. Encierra la respuesta precisa del sujeto a un mundo
que se ha vuelto abstracto, como es el de la era industrial... en eventual
ejemplar de una especie, en “duplicado” del modelo... Todo puede enajenarse de
sí mismo como nuevo carecía de toda cualidad. Todo puede enajenarse de sí mismo
como nuevo y convertirse en goce del mismo modo que el morfinómano
insensibilizado acaba recurriendo a todas las drogas sin discriminación,
incluida la atropina... Quizá en ese estado llegue a declarase la renuncia de
la humanidad a desear tener hijos porque a cada uno cabe profetizarle lo peor:
lo nuevo es la figura latente de todos los aún no nacidos.
(Minima Moralia, T. W. Adorno)
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