Hänschen
klein (Título de una popular canción infantil alemana).- El intelectual, y
sobre todo el filosóficamente orientado, se halla desconectado de la praxis
material: la repugnancia que le causa lo impulsa a ocuparse de las llamadas
cosas del espíritu. Pero la praxis material no sólo es el supuesto de su propia
existencia, sino que constituye también la base del mundo con cuya crítica su
trabajo coincide. Si nada sabe de la base, su ocupación será vana. Se encuentra
ante la alternativa de o informarse o volver la espalda a lo que detesta. Si se
informa, se hace violencia a sí mismo, piensa en contra de sus impulsos y
encima se expone al peligro de volverse él mismo tan vulgar como aquello de lo
que se ocupa; porque la economía no se anda con bromas, y quien quiera
comprenderla tiene que pensar “económicamente”.
(Minima Moralia, T. W. Adorno)
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