Lorenzo de Valla era un polígrafo
del Renacimiento italiano. Un hombre controvertido, brusco, crítico, arrogante
y pedante, que fue atacado por sus contemporaneos por sacrilegio, impudicia,
temeridad y presunción… entre otras imperfecciones. Tras concluir que, por
razones gramaticales, el credo de los apostoles no podía haber sido escrito
realmente por los doce apóstoles. La Inquisición le declaró hereje y sólo la
intervención de su mecenas, Alfonso, rey de Napoles, impidió que fuera
inmolado. Inasequible aldesaliento en 1440 publicó un tratado demostrando que
la Donación de Constantino era una burda falsificación. El lenguaje del
documento equivalía al latín cortesano del siglo IV… Gracias a Lorenzo de
Valla, la Iglesia católica romana ya no reclama el derecho a gobernar las
naciones de Europa.
(El mundo y sus demonios, Carl Sagan)
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