Jon se puso a trabajar. Se hicieron copias del guión, se enviaron a productores, agentes, actores. Yo volví a jugar con la poesía. También planeé un nuevo sistema para el hipódromo. El hipódromo era importante para mí porque me permitía olvidar que, supuestamente, yo era un escritor. Escribir era extraño. Necesitaba escribir, era como una enfermedad, una droga, una fuerte compulsión, sin embargo no me gustaba verme a mí mismo como escritor. Tal vez había conocido a demasiados escritores. Empleaban más tiempo hablando mal unos de otros que en hacer su trabajo. Eran inquietos, cotillas, solteronas; se quejaban, apuñalaban por la espalda y estban llenos de vanidad. ¿Eso eran nuestros creadores? ¿Siempre fue así? Posiblemente. Tal vez escribir fuese una forma de quejarse. Sólo que algunos se quejaban mejor que otros.
(Hollywood, Charles Bukowski)
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