-Si
no cae con la señora –afirmó Berta- caerá con alguna otra arrastrada. Es la ley
de la vida. El amor es como el biógrafo: al salir de la sala usted está
cambiada. A usted misma la sentará distraerse con un amor inocente.
El
amor, me aseguró Verónica, entre personas honestas, nunca es inocente, ni
parece cuerdo que lo sea...
(Todos los hombres son iguales, Adolfo Bioy Casares)
No hay comentarios:
Publicar un comentario