En la sociedad represiva, el propio concepto del hombre es una
parodia de la semejanza humana. El hecho de que lo detentadores del poder vean
como hombres lo que es sólo su propia imagen reflejada, en lugar de ver
reflejado lo humano como lo diferenciado, se debe al mecanismo de la
“proyección pática”. El crimen es entonces el intento reiterado de ajustar a la
razón el trastorno de esa falsa percepción mediante un trastorno mayor: lo que
no se ha visto como hombre, siendo así que lo es, es convertido en cosa para
que no pueda ya contradecir mediante movimiento alguno la mánica visión.
(Minima Moralia, T. W. Adorno)
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