Todo pensamiento arranca de conceptos
generales y se desarrolla en dos direcciones: hacia conceptos cada vez más
abstractos que engloban caracteres comunes en número creciente y que se
difunden por territorios cada vez más amplios de la realidad, y hacía los
puntos de convergencia de todas las líneas conceptuales, hacia la complejidad
concreta aislada, hacia el individuo, que llegamos a representarnos mediante
una serie interminable de determinaciones restrictivas y que definimos
añadiendo infinito número de cualidades específicas diferentes al concepto
general de “cosa” o “algo”.
... Discusiones y
debates en los que con regularidad desesperante se coloca a “los hombres” y a
“las mujeres” unos frente a otras, como si se tratara de esferas blancas y
rojas, sin diferencia alguna entre las del mismo color. Jamás se ha intentado
llevar la controversia al terreno individual... Tan sólo por necesidades
prácticas establecemos fronteras precisas y extraemos diversas melodías del
infinito concierto de la naturaleza.
Hay que dejar establecido desde un
principio que es falso pensar que sólo existen machos muy masculinos con
escasos restos de feminidad, hembras muy femeninas con masculinidad
extraordinariamente reducida, y entre ambos extremos las formas híbridas ya
mencionadas.
... así también
podemos imaginarnos, como tipo sexual un hombre ideal H y una mujer
ideal M, que en realidad no existen. Estos tipos no sólo pueden sino que
también deben ser construidos. El tipo, la idea platónica, no sólo es
el “objeto del arte” sino también el objeto de la ciencia.
El macho y la hembra son algo así
como dos sustancias que se mezclan en diferentes proporciones, sin que el
coeficiente de una de ellas llegue a ser nunca cero, y que se distribuyen en
los individuos vivientes. Podría afirmarse que en la práctica no hay machos ni
hembras, sino tan sólo seres varoniles o femeniles.
... Las cifras
correspondientes al sexo femenino nunca comienzan allí donde terminan las del sexo
masculino, sino que entre ellas se encuentra un espacio en el cual aparece
representados hombres y mujeres.
(Sexo y Carácter, Otto Weininger)
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