lo sabía sin embargo muy bien. “Quien intenta
mediar entre dos pensadores audaces –dice en la Gaya ciencia–, se
identifica como mediocre: carece de ojos para ver lo único; el andar buscando
parecidos y similitudes es característico de los ojos débiles”… Hoy no se le
pide al pensador sino que sepa estar en todo momento en las cosas y fuera de
las cosas. El gesto de Münchhausen tirándose de la coleta para salir del pozo
se convierte en esquema de todo conocimiento que quiere ser más que
comprobación o proyecto. Y aún vienen los filósofos a sueldo y nos reprochan la
falta de un punto de vista sólido.
(Minima Moralia, T. W. Adorno)
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