martes, 28 de abril de 2009

misión hacia la Nada

Maestro: -Porque la fantasía de su propia voluntad se ha asentado en el lugar del amor. Es así que esta fantasía contendría al amor, pero el amor huiría de ella porque es su prisión. El amor puede ofrecerse, pero no puede habitar allá donde el autodeseo atrae o imagina. Esa voluntad que no atrae nada, y a la que nada se adhiere, es la única capaz de recibirlo; pues sólo habita en la Nada, como ya dije, y por tanto no lo encuentran.

Discípulo: - Si sólo habita en la Nada, ¿cuál es su misión en la Nada?

Maestro: -La misión del amor es aquí la de penetrar incesantemente en algo; y si penetra, y encuentra un sitio en algo que permanezca quieto y en reposo, entonces su función es la de tomar posesión de él. Y cuando ha tomado posesión de él, se regocija en él con su llameante fuego de amor, igual que lo hace el Sol en el mundo visible. Y entonces su misión es la encender ininterrumpidamente un fuego en esta algo, un fuego que lo haga arder; y luego, con sus llamas, inflamarse él mismo, elevando así el calor del fuego del amor,incluso en siete grados.

(Dialogos Místicos. Jacob Boehme)

viernes, 24 de abril de 2009

norte-sur-este-oeste

Los cuatro fines de la vida El primero y principal de sus sistemas de clasificación es el de los cuatro fines, metas o campos de la vida humana.

1. Artha, el primer fin, consiste en las posesiones materiales. Las artes que sirven a este fin son las de la economía y la política, las técnicas para sobrevivir en la lucha por la existencia contra la envidia y la competencia, la calumnia y el chantaje, la tiranía del déspota fanfarrón y la violencia de vecinos sin escrúpulos. Literalmente, la palabra artha significa “cosa, objeto, sustancia” y comprende todo el conjunto de objetos tangibles que podemos poseer, gozar y perder, y que necesitamos en la vida cotidiana para mantener una casa, sostener una familia y cumplir con los deberes religiosos, es decir, para realizar los actos virtuosos de nuestra vida. Los objetos contribuyen también al goce sensible18, al placer de los sentidos y a satisfacer las exigencias legítimas de la naturaleza humana: el amor, las bellas obras de arte, las flores, las joyas, las hermosas vestiduras, el alojamiento cómodo y los placeres de la mesa. Con referencia al mundo externo, artha, en su connotación más lata, significa “lo que puede percibirse, un objeto de los sentidos”; con referencia al mundo interno de la psique: “fin y meta, propósito, objeto, deseo, motivo, causa, razón, interés, uso, necesidad y preocupación”; como último miembro de un compuesto, -artha: “por causa de, en nombre de, para, a fin de”. Este término reúne así todos los significados de: 1) el objeto de la actividad teleológica del hombre; 2) el medio de esa actividad; 3) la necesidad y el deseo sugeridos por esa actividad.

2. Kâma, el segundo de los cuatro fines de la vida, es el placer y el amor. En la mitología india, Kâma es el equivalente de Cupido. Es el dios hindú del amor que con el arco de flores y cinco flores por flechas envía deseos que estremecen el corazón. Kâma es el deseo encarnado y, como tal, es dueño y señor de la Tierra, así como de las esferas celestes inferiores. El principal texto clásico de las enseñanzas sobre el Kâma que la llegado hasta nosotros es el célebre K.masâtra. Esta obra ha dado a la India una ambigua reputación de sensualidad, lo cual es bastante erróneo, pues el tema erótico se presenta en un plano enteramente secularizado y técnico, más o menos como manual de amantes y cortesanas. La actitud dominante de los hindúes, en realidad, es austera, casta y extremadamente contenida, y se señala por acentuar las actividades puramente espirituales y sumirse en experiencias religiosas y místicas. La enseñanza del Kâma se originó con vistas a evitar y corregir la frustración de la vida matrimonial, que tiene que haber sido muy frecuente cuando los casamientos por conveniencia eran la regla y los casamientos por amor la rara excepción. A través de los siglos, el casamiento había llegado a convertirse en un asunto de familias. Los jefes de las familias cerraban tratos basándose en horóscopos establecidos por astrólogos y en consideraciones económicas y sociales, determinando así el destino de los jóvenes novios. Sin duda había muchas casas tristes y aburridas, donde un poco de estudio de la ciencia de las cortesanas hubiera sido de gran utilidad. Este compendio de las técnicas del ajuste y del estímulo fue compilado para una sociedad de emociones frías, no para libertinos.

3. Dharma, el tercero de los cuatro fines, comprende todo el conjunto de los deberes religiosos y morales. También está personificado como un dios pero de carácter relativamente abstracto.

4. Moksa, apavarga, el cuarto de los cuatro fines, es la redención o liberación espiritual. Se la considera como finalidad última, como bien humano definitivo, y como tal está por encima y en contraste con las tres anteriores. Artha, Kâma y Dharma, conocidos con el nombre de trivarga (“el grupo de tres”), son las actividades mundanas; cada una implica su propia orientación o “filosofía de la vida” y a cada una le está dedicada una literatura especial. Pero, con mucho, la mayor parte del pensamiento, investigaciones, enseñanzas y escritos indios está dedicada al tema supremo de liberarse de la ignorancia y de las pasiones que nos someten a la ilusión general del mundo. Moksa deriva de la raíz muc-, “desatar, liberar, soltar, dejar en libertad, libertar, dejar, abandonar”. Moksa significa “liberación, escape, libertad; rescate; emancipación final del alma”.


Heinrich Zimmer