martes, 31 de enero de 2012

Ardilla

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Poder elegir

Cuando se ha sido pobre durante mucho tiempo se adquiere cierto respeto por el dinero. No se quiere volver a estar nunca más sin nada en absoluto. Eso queda para los santos y los locos. Uno de los éxitos en la vida era que, a pesar de todas las locuras que había hecho, yo era perfectamente normal: yo elegí hacer esas cosas, ellas no me eligieron a mí.

(Hollywood, Charles Bukowski)

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Todo un profesional

Cuando volvimos al bar, los borrachos aún seguían allí y no parecían para nada borrachos. Se necesita mucho para tumbar a un profesional. (Hollywood, Charles Bukowski)

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notas sobre "Mujeres a la orilla del río" de Heinrich Böll

Wubler Has aprendido que la política es un negocio sucio.
Erika Lo cual no quiere decir que la suciedad sea, de entrada, política.


Erika Hasta que la encerró en el manicomio. No, no pudo demostrar nada... sin embargo tenía razón. Lo sabes mejor que yo. Las cosas no por indemostrables son falsas. La mujer de Plottger tampoco pudo demostrarlo, hasta que la verdad –para la que no tenía pruebas- la volvió loca y la llevó al suicidio. No te preocupes, yo no me volveré loca, ni voy a hacer de cotorra, precisamente porque no puedo probar nada. La gente sabe muy bien las cosas que imaginan las mujeres histéricas; insatisfechas y frustradas, beben más de la cuenta y alucinan. No, no hablaré, pero sé lo que sé y he oído lo que he oído. Y tú sabes muy bien que Elisabeth Blaukrämer no mintió.


Erika ...Y sólo hay mujeres, mujeres muy ricas con sus trapos y baratijas. Allí, ¿cómo dicen?, le corrigen a una los recuerdos. O sea que me vienes con eso... ¿me quieres meter allí?


Erika ... No te rías si te lo digo, pero es cierto: tu inocencia... No hay nada tan conmovedor como los hombres inocentes, y tú eres uno de ellos.


Erika cansada, asiente con la cabeza: Sí; pero sé que no existen el Adónde... por eso no me queda otra alternativa que quedarme. No estoy en mi patria; pero sí en mi casa. Hay mucha gente aquí a la que quiero y no deseo echar de menos. En otro lugar no podría vivir. Sin embargo, quiero irme de aquí... y también quiero quedarme contigo... ¡Te queda todavía tanto de aquel jovencito tímido y simpático que cierta noche hice subir a mi habitación! Pero Karl no me preocupa, por mucho que me sorprenda; no me importa estar o no cerca de él.


Katharina Sí, quiero marcharme. En voz muy baja. A veces, me quedo tumbada en la cama por las tardes con el niño, le voy contando cosas, le canto canciones, y entonces hacemos girar el globo terráqueo que nos regaló Karl, lo detenemos, buscamos con las yemas de los dedos un país al que podríamos ir... Hasta ahora, no hemos encontrado ninguno.


Erika No; lo que sé es que no tiene mucho sentido buscar. Tenga cuidado. Sus pensamientos me dan miedo. Lo que uno lleva en la mente, al final sale... esa es mi experiencia. Debe ir con cuidado. Y sepa usted que yo también habría aceptado las propinas; pero a una vendedora de calzado no se le dan.


Karl Von Kreyl La miseria no fue tan mala... hizo posible que mi mujer, Eva, se liberara de mí. Por lo demás, no temo ni el juicio de mi madre ni el de Beethoven. Además, el piano me pertenecía, era de mi propiedad. La propiedad obliga. Hace siete años estaba obligado a destruirlo. Conservé las ruedecitas, y ahora construyo un coche para mi hijo. Los niños aman los juguetes que sus padres hacen para ellos. No veo nada condenable ni macabro, ni punible en esta actividad mía inofensiva y matinal.


Karl Von Kreyl ... Luego, registré el piso de Konrad, pues yo era su viejo amigo y albacea, y comprendí que se dirigía a salvar a quien no debía ser en absoluto salvado, pero que quería salvarse... Cuando todos se fueron, me senté delante de la hoguera, me fumé una pipa y pensé en mi mejor amigo, en Konrad Fluh, y en ese pobre policía que no podía ni pensar que el azar no es azar... Estaba solo, nunca más toqué música.., y aquí, señala la mesa, aquí están las ruedecitas, son de mi propiedad.


Karl von Kreyl Sí, allí me cogieron porque se trataba de dinero. El dinero es una magnitud realista, comprensible incluso para los psiquiatras, racional. Le di dinero a aquella chica, y ella se largó con ese dinero a Cuba. Y además tuve una relación con ella... era sin duda evidente. ¡Dinero de la República Federal Alemana para una comunista! Me tenía cogido, naturalmente. Dinero de las cajas sagradas del ministerio, de las que tantas cosas se financian. Incluso, por su puesto, alguna que otra historia con mujeres. Ella devolvió el dinero; a veces me escribe... Assunta de la Torre. Ahora es maestra; me dice que, si necesito un país de asilo, en Cuba seré siempre bienvenido. Pero yo no necesito ningún país de asilo y tampoco quiero ir a Cuba. Quiero tener trabajo, trabajo en mi calidad de jurista.


Karl von Kreyl ... en las cacerías evidentemente; pero la nada sigue siendo pese a todo la nada, y aprendí que la gente cae en la tontería más escalofriante debido a la nada... o se larga, se pega un tiro.


Karl von Kreyl No, no se puede demostrar nada, no hay nada que tenga fuerza probatoria. Soy un jurista, padre. Las pruebas, sin embargo, se pueden hacer desaparecer o destruir. Eso también lo sabe cualquier jurista.
Heinrich von Kreyl Olvidas que yo también soy jurista. No se puede emitir un juicio sobre la base de documentos quizá destruidos o desaparecidos.
Karl von Kreyl Exacto. Y tampoco se emitirá ninguno. No obstante, menosprecias el efecto de permeabilidad. Heinrich von Kreyl le lanza una mirada interrogativa. Quedan zonas nebulosas, quedan cosas confusas, quedan aspectos sin aclarar, en realidad no se aclara nada. Queda el veneno, y este se filtra hacia abajo, se filtra, por así decir, en las almas del pueblo. Se filtra en lo profundo, y es veneno.


... tal vez solo se toman en serio la política quienes tuvieron una infancia desgraciada... Para los otros se trata de un juego, de un negocio, de una profesión.


... Es incapaz de comprender que las discusiones careen de sentido, que son meros juegos artificiales. Hoy es sobre la juventud que, según Gröbentöckler y Kromlach, ha perdido el sentido de los valores, mientras Breithuber y Ansbucher afirman que la juventud acaba de descubrir los valores auténticos. Y toda esa cantilena autocomplaciente del moderador, por regla general Hussper. Y cuando alguien dice algo realmente relacionado con el tema, lo interrumpe; y, si lo dice pese a todo, le reprochan haberse salido del tono. Supongo que desempeñan un papel y no les está permitido salirse de él.


... Todos ellos me eran más afines... porque nosotros, los políticos, sin duda hacemos juntos la mierda y la limpiamos juntos, para que ellos, sin ensuciarse, puedan quitar el polvo.


Ernest Grobsch ... Sólo los señores que no nos gobiernan, sino que nos dominan, no caerán nunca, ni serán derribados por nadie.


Existen leyes misteriosas, según las cuales los líos amorosos son útiles para algunos políticos y perjudiciales para otros. En este punto, deben incidir ciertos motivos místicos e irracionales que hasta ahora no hemos podido analizar. Chundt y Plukanski, por ejemplo, son tipos a los que los líos amorosos les son útiles; a los políticos cristianos les sirven casi siempre, a los de izquierda nunca. Eso es posible que dependa de las exigencias morales que emanan de la izquierda, en tanto que la derecha gana los votos por meditación de un amoralismo casi abierto.


... Sólo tengo un deseo, continuamente: rascar esas mejillas de manzana hasta descubrir cómo son los gusanos que se lo van comiendo desde dentro.


... La mayoría de la gente embellece los recuerdos y afea las causas de sus traumas. En el caso de muchos traumas surgidos en épocas posteriores, las causas se atribuyen a la juventud y a la infancia, a los padres y a los profesores. Uno embellece para sus adentros los otros recuerdos, los feos. Hay caos en que los padres según se puede demostrar de manera fehaciente, han sido amables y esmerados; en la memoria, en cambio, se convierten en monstruos, y las experiencias amorosas positivas se transforman en feas, y a la inversa.


Elisabeth Blaukrämer No tengo ni una chispa de imaginación. Tal vez sea esa mi desgracia, la enfermedad que usted debería curar. No tengo imaginación, sólo tengo la memoria; deme imaginación... y alegría.


... ¿Para qué le habrá dado ese dinero? ¿Para qué? Y la pequeña Beber se ducha, se ducha y se ducha todo el día; llegará a arrancarse la piel duchándose. Y mientras, llama a gritos, sin cesar, a su Jesús. Las conocía a las dos, cuando la primera todavía no contaba el dinero y la otra hacia cualquier cosa, menos llamar a gritos a Jesús.


Paul Chundt Está muerta, y por muy misterioso que sea, los muertos siempre tienen razón.


... Nadie tiene que enterarse, a ningún precio, de que a “el” podría habérsele salvado. Para nosotros sería bastante grave; pero nosotros somos los sucios, se mire como se mire... En cambio, los puros han de seguir siendo puros.


Paul Chundt No tiene que enterarse de la verdad, no hay por qué decírsela. No olvides que la verdad siempre parece increíble, la verdad es el auténtico disparate. No debes olvidar que todo lo que Elisabeth proclamaba era cierto, por eso nadie creía nada.


Eva Plint ... A mí me puedes llamar, si quieres, gallina para caldo malcriada por su padre, un nuevo rico; me heriría; pero no mucho. Llevo una coraza cuyo nombre es soberbia, y la coraza se alimenta de dinero. Pero con sorprendente vehemencia... Ernest no lleva coraza, ni siquiera su arrogancia intelectual le sirve de protección. Ha quedado en carne viva, ya apenas le queda la piel. Ha currado desde que empezó a caminar, y hoy en día sigue currando como un loco, y no tiene la coraza estética llamada buen gusto... tiene el estómago malo de tanta miseria.


Eva Plint ... En tono serio. He aprendido algo la noche pasada, durante el concierto en vuestra casa; sí, he aprendido algo. Cuando se trata de un Ernest, de un proleta que además se permite ser de izquierdas, vosotros contáis de entrada con su insensibilidad... Del mismo modo, afirmáis de los pueblos cuya gente muere a montones que su relación con la muerte es, simplemente, otra. En voz más baja. Lo que aprendí ha sido para mí un trago muy amargo, pues siempre he hecho alardes de mi buen gusto; resulta amargo comprender que el buen gusto no significa nada, nada en absoluto... evidentemente, sus raíces están en gustar y degustar. Tratar de entenderme, tiene que hacerlo. Par vosotros, Beethoven tiene buen sabor, para Ernest no... él llora cuando escucha a Beethoven.


Veo en ello un acto de máxima espiritualidad, una especie de protesta celestial contra los engaños de la música, contra el lujo, el hambre, la sed, la guerra, contra cualquier forma de materialismo.


Karl von Kreyl Sí, debe haber allí una relación hasta ahora no descubierta, pero que su hija, probablemente, ha reconocido. Sea como sea, yo no era un gran banquero. Hay una relación entre la música, los pianos de cola... y el dinero, el dinero como materia definida en términos metafísico y reconvertida en aquello de lo que está hecho: lágrimas, trabajo, sudor, sangre... Pensativo. En su representación, eso también tendría que ponerse de manifiesto. Hasta podría definir los motivos de su hija.


Esponja no sin cierto encanto: Siempre, señora, se ha subestimado el encanto de las mujeres alemanas, siempre. Las españolas, sabe usted, son a la vez mojigatas y ávidas; las inglesas son capaces de ser fascinadoras, aunque con ellas nunca se sabe exactamente dónde empieza la repentina vulgaridad. El encanto de las francesas parece estudiado, incluso cuando es natural. Usted, señora, una mujer alemana... sólo muy tarde descubrí a la mujer alemana de la posguerra, su espíritu, su elegancia y disculpe mi atrevimiento, su sensualidad republicana y liberada. La nueva Alemania ha dado a luz una mujer alemana nueva... ¡Quién lo hubiera creído! Espero que su marido emprenda numerosos viajes al extranjero, porque así podré disfrutar con más frecuencia de la compañía de usted. El estilo libre y franco que usted posee, le será sin duda útil para su política y su vida social.


Erika Wubler Tenía hambre, como todos nosotros, y nunca quedó del todo saciado. Se lo metía todo dentro: el caldo, los huevos fritos, el pan... y después las casas, los terrenos, las acciones, quizá también las mujeres, no lo sé. Pero nunca se sació... es insaciable. Yo no estaría tan tranquila si me hallara en tu lugar.


... Y vosotros tenéis que... nosotros tenemos que romperlo todo, todo. Ahora corremos como posesos detrás de cualquier soltera embarazada, como si llevara a Cristo en el vientre. Y a Cristo lo llevaban también en el vientre cuando vosotros no corríais detrás de ellas, sino que las despreciabais y las condenabais.


... En definitiva, él existe, existe aquel que escribió en la arena. ¿Por qué tuvo que ser todo tan ruidoso, tan arreglado? Y Todavía no cree que tú tengas la razón, todavía no creo que la verdad sea de ellos y que lo nuestro sea el error. No lo creo... él existe.


Paul Chundt ... Tú no has nacido para jubilado, tú has tejido la red en todos los países de Europa y en ultramar. Tus mapas y tus planes. Pones un alfiler en cada lugar conquistado y no te das cuenta de que en algún sitio, en Bolivia, en España, o en cualquier región donde tú has tendido la red, encuentran a alguien con un cuchillo en la panza o una bala en la espalda precisamente porque tú pusiste el alfiler en el mapa; porque pusiste un movimiento una serie de procesos, celos, codicias y luchas por el poder que nunca has querido, de las que jamás sabrás nada y que, pese a todo, tú has hecho posible abriendo una oficina y entregando dinero. Dinero cuyo destino nunca sabremos, y que ignoraremos si se ha usado para comprar armas, si ha desaparecido en los lupanares y en los garitos, o si se dedicó a los fines para los que había asido destinado, o sea ad majorem Dei gloriam o como mínimo, Germaniae gloriam. Desconoceremos si se ha gastado simplemente en vino. Un cheque, una carta, una conversación telefónica, y tú no sabes qué daño estás haciendo o has hecho.


Paul Chundt Tampoco, porque así se le confirma cuán deseable es su mujer, y si esta se mantiene firme, y Erika se mantuvo... Os diré una cosa: hay mujeres, incluso esposas, que se muestran ofendidas si uno no intenta nada con ellas, y hasta hay maridos que se ofenden si uno no se fija en sus mujeres. Vosotros, los maridos inocentes, me preocupáis en serio... vivís en medio del mundo, en medio del ajetreo, y no sabéis a qué se juega.


Heinrich von Kreyl Antes de morir de risa, querido Karl... el arte es libre cuando consigue su material libremente o por mediación de algún mecenas. Tu material era valioso y no te fue dado voluntariamente, por fortuna, no hay ni pruebas ni acusación... Pero dejemos el tema. Ahora, al fin podré reírme, y lo mejor sería hacerlo con usted, Erika, pues salvo nosotros dos, nadie sabe quién es el Bingerle.


... No. La deja. Simplemente... comprendo a Karl. Quería dar en el corazón del dinero; pero... mueve la cabeza el dinero no tiene corazón, no puede ser herido.


Heinrich von Kreyl... Pero también influyó otra cosa, algo decisivo: pensé que era mejor vivir que morir y que tal vez encontraría lo perdido.


Karl ... Que se asfixien. Me guardaré bien de hablar nunca más de ellos que llamé el corazón del dinero y que quise romper con bromas estúpidas. Para Dimpler, el dinero es algo racional, algo inorgánico... ¿Y cómo puede el dinero tener un órgano?


(Mujeres a la orilla del río, Heinrich Böll)

miércoles, 25 de enero de 2012

Smoke

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Favelas

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Devorando

Aunque éramos los amos de toda Italia, no teníamos la tentaciones de hoy. Las victorias en las guerras extranjeras nos enseñaron a devora las sustancias de otros; las victorias en las guerras civiles, las nuestras

(Tácito)

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Sistema electoral

Nada es menos fiable que el populacho, nada más difícil de interpretar que las intenciones humanas, nada más engañoso que todo el sistema electoral

(Cicerón)

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S P Q R

El senado de Roma se distinguía del "pueblo", de la masa de los romanos. Pero siempre se consideró que ambos trabajaran juntos en armonía. Esto se conmemora en el que, desde tiempos inmemoriales, ha sido el emblema oficial de la ciudad de Roma, su 'stemma' o emblema. Precedidas por una cruz griega, cuatro letras descienden en diagonal por el emblema: S P Q R. Estas han tenido muchas interpretaciones jocosas, desde "Stultus Populus Quaerit Roman" (Un pueblo estúpido quiere a Roma) hasta "Solo Preti Qui Regneno" (Aquí sólo mandan los curas) e incluso, en un gesto hacia el mercado doméstico, "Scusi, il Prezzo di Questa Ricotta (Disculpe, ¿cuánto vale este requesón?). Pero sólo significa "Senatus Populusque Romanus" (El Senado y el Pueblo de Roma)

(Roma, Robert Hughes)

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Obsesión

No era de extrañar que el mundo perteneciera a los fuertes. Los esclavos estaban obsesionados con su propia esclavitud. El trabajo era para ellos un fetiche de oro ante el que se arrodillaban para adorarlo.

(Martin Eden, Jack London)

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sábado, 21 de enero de 2012

Odio puro

Tenía que conducir a través de todo eso. Dos negritos de unos once años nos miraban fijamente desde sus bicicletas. Era odio puro, perfecto. Podía sentirlo. Los negros pobres odian. Los blancos pobres odian. Sólo cuando los negros tenían dinero y los blancos tenían dinero era cuando se mezclaban. Algunos blancos amaban a los negros. Muy pocos negros, por no decir ninguno, amaban a los blancos. Todavía estaban desquitándose. Tal vez nunca lo lograsen. En una sociedad capitalista los perdedores son esclavos de los ganadores y tiene que haber más perdedores que ganadores. ¿Qué creía? Sabía que la política nunca lo resolvería y no quedaba tiempo suficiente para la buena suerte.

(Hollywood, Charles Bukowski)

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