jueves, 24 de julio de 2014

A orillas del St. Lawrence



"Quiero que mis muertos estén juntos". Ezra estaba furioso ante lo que consideraba una falta de respeto con los padres. Al recordar ese detalle, Rexler hizo un gesto con su tullida espalda, se encogió de hombros para librarse de la piedad. Aquello no era su estilo.

( A orillas del St. Lawrence, Saul Bellow)

Palabras sobre Saul Bellow

Cuando pienso en Saul trabajando, me viene a la mente la imagen de un malabaristas: unas bolas luminosas transportadas por el aire, cada una de un color distinto, en contraste con el cielo azul, que se mantienen en lo alto por la infinita habilidad de un mago, que está al mismo tiempo relajado, de humor irónico y concentrado. Dénle un teléfono, pregúntenle algo sobre la cena o invítenlo a dar un paseo y seguirá con sus bolas. Si uno es consciente de que están ahí, y camina detrás de él, podrá incluso verlas por encima de su cabeza.

Janis Bellow

viernes, 11 de julio de 2014

El Lazarillo de Tormes

"¡cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven á sí mesmos!"

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"Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo"

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(El Lazarillo de Tormes)

miércoles, 2 de julio de 2014

El paseante de cadáveres

En todas partes hay gente dispuesta a creer tus mentiras

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durante muchos años se nos ha hecho creer a los chinos que nuestro querido Partido nos quiere más que incluso nuestros propios padres, pero, sinceramente, creo que se asemeja más a una malvada madrastra

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Wang Xilin: Sí. En mi música no  hay sentimientos de amor. Es como un lago enorme, oscuro, lleno de barro, lágrimas, sangre, llantos y gritos que provienen de los ríos de alrededor. Por eso es profunda y oscura. Los artistas que dicen que el amor lo es todo son unos afeminados. Una mierda. Cuando tu derecho a vivir está basado en amenazas, ¿de dónde sacas amor? Ni siquiera mil disparos de amor podrían haber parado una sola bala de las que dispararon los soldados contra estudiantes y civiles el 4 de junio de 1989.

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me acuerdo de una película de Hong Kong en la que aparecía un anciano que trabajaba en una morgue y que un día, borracho, no podía contar exactamente cuántos muertos había hasta que al final uno de los muertos le da una bofetada.

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Me da miedo entablar relaciones con quien sea, incluso con gatos o perros, porque siempre va a haber un día en el que se irán y te dejarán solo. Tantas buenas personas, tanta belleza y todos acaban muriendo, por mucho que me esfuerce en maquillarlos para restaurar esa belleza como ilusión efímera. Ya no quiero perder nada más, pues lo más aterrador no es la muerte sino la sensación de pérdida constante.

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Nadie puede controlar a nadie.

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El arte se divide en dos tipos. Uno es en el que da lo mismo de qué época histórica hables porque igualmente atrae a todo el mundo. El otro es en el que actúas contando lo que sea del momento actual para atraer a las masas, sin hacer que te encierren, claro. Se necesita de ambos. Dar gato por liebre es un arte.

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Si sólo se trata de ganar dinero, lo mejor es montar el espectáculo en la calle. El dinero no da la felicidad, ¿para qué voy a dedicarme a algo que no me hace feliz sólo por dinero? Si no fuera por el folclore, los artistas ambulantes no tendríamos alma ni sangre en las venas y estaríamos deambulando como almas perdidas. Con integridad, aunque bien sabemos que la integridad no da de comer. Como dijo Chencun: "Que yo tenga que actuar para gente que sólo busca diversión es una vergüenza, ¡ni hablar!"


(El paseante de cadáveres, Liao Yiwu)

El otro guardián