viernes, 30 de agosto de 2013

Pequeñas penas, grandes cantos


La actual cultura de masas es históricamente necesaria no sólo como resultado del cerco impuesto a la totalidad de la vida por la empresa monstruo, sino también como consecuencia de lo que parece el extremo opuesto a la hoy dominante estandarización de la conciencia: la subjetivización estética. Cierto es que los artistas han aprendido, conforme iban internándose en sí mismo, a renunciar al juego infantil de la imitación de lo externo. Pero al propio tiempo han aprendido también, por efecto de la reflexión del alma, a disponer cada vez más de sí mismos. El progreso de su técnica, que les trajo una libertad e independencia cada vez mayores respecto a los heterogéneo, tuvo por resultado una especie de cosificación, de tecnificación de la interioridad como tal. Cuanto mayor es la superioridad con que el artista se expresa, menos tiene que “ser” lo que expresa, y en tanta mayor medida se convierte lo expresado, esto es, el contenido de la subjetividad misma, en una mera función del proceso de producción. Esto lo notó Nietzsche cuando acusó a Wagner, al dompteur de la expresión. De hipocresía, sin darse cuenta de que no era una cuestión de psicología, sino de la tendencia histórica. Perola transformación del contenido de la expresión, en la cual pasa a ser de emoción difusa a material manipulable, hace del mismo algo asible, exhibible, comerciable. La subjetivización de la lírica en Heine, por ejemplo, no está en simple contradicción con sus rasgos comerciales, sino que lo comercial es la subjetividad misma administrado por la subjetividad. El uso virtuosos de la “escala” que desde el siglo XIX define a los artistas supone la transformación del propio impulso interior en periodismo, espectáculo y cálculo no primariamente por deslealtad. La ley cinética del arte, consistente en el autodominio y por ende, lo objetivización del sujeto, apunta a su caso: el carácter antiartístico del cine, que registra administrativamente todos los materiales y todas las emociones para expenderos, está segunda exterioridad aparece en el arte cual un creciente dominio sobre la naturaleza interior. El tan traído histrionismo de los artista modernos, su exhibicionismo, es el gesto con que se exponen así mismos como mercancía.



(Minima Moralia, T. W. Adorno)

martes, 27 de agosto de 2013

Jamil

-Ya sabía que te iba a gustar. Esa ángelas se me aparecen ahora en sueños y las pinto para que no se me vayan a escapar. Lo que no vuelve en los sueños no nos acompañará en la otra vida.


“Alex:
“Abusando de la hospitalidad de mi buen amigo el párroco, le escribo estas líneas que van como la legendaria botella al mar. Esta vez la vida ha logrado golpearme donde era. No son cosas para comentar por escrito. Ando algo desalentado y perdido. Ninguno de los caminos que antes solían ofrecerse a mi inquietud me atrae ahora.


... Algo ha cambiado en él allá en lo profundo de su alma, si bien es cierto que sigue aceptando los mudables decretos del destino y abocado a su perpetua errancia.


... Intenté argumentarle que siempre ha tratado, en ese caso, de rehuir el desarrollo de tesis históricas que deformarían el espíritu de mis narraciones y, más aún, el de mis poemas.



... “La desaparición de esta especie –me dijo- sería un notable alivio para el universo. Al poco tiempo de su extinción, un total olvido caería sobre su nefasta historia. Existen insectos que están en condiciones de dejar testimonio de su paso menos perecederos y fatales que los dejados por el hombre”.

(Jamil, Álvaro Mutis)

lunes, 26 de agosto de 2013

La nieve del almirante

... Más se aprende al lado de una mujer de sus cualidades, que trasegando caminos y liándose con las gentes cuyo trato sólo deja la triste secuela de su desorden y las pequeñas miserias de su ambición, mediad de su risible codicia.


            Dos metales existen que alargan la vida y conceden, a veces, la felicidad. No son el oro, ni la plata, ni cosa que se les parezca. Sólo sé que existen.


... Algo en sus hombros que habían perdido toda movilidad de expresión y se mantenían rígidos como si ya no tuvieran que sobrellevar el peso de la vida, el estímulo de sus dichas y miserias. La voz del que habla porque le sería insoportable el silencio de los otros.


... La corriente de las aguas al chocar contra las grandes piedras acompañó a lo lejos sus palabras, agregando una opaca alegría al repasar monótono de sus asuntos, siempre los mismos, pero ahora inmersos en la indiferente e insípida cantilena que traicionaba su presente condición de vencido sin remedio, de rehén de la nada.


            ‘Prolongar la soledad sin temor al encuentro con lo que en verdad somos, con el que dialoga con nosotros y siempre se esconde para no hundirnos en un terror sin salida’


(La nieve del almirante, Álvaro Mutis)

viernes, 23 de agosto de 2013

Sexo y Carácter

            A la inmensidad del universo corresponde en el genio la inmensidad de su pecho, que encierra en su interior el caos y el cosmos, todas las particularidades y la totalidad, toda la multiplicidad y toda la unidad.


            Un hombre se puede denominar genial cuando vive en relación consciente con el universo. Tan sólo lo genial es lo verdaderamente divino que hay en el hombre.


... Goethe lo repite en los célebres versos:

Quien no levante su mirada hacia el Sol
No llegará a descubrirlo.
Si no existe en nosotros la fuerza propia de los dioses,
¿Cómo podremos embelesarnos ante la divinidad?


            El hombre es el todo, y por ello no depende, como si fuera sólo una parte, de las restantes partes; no está acantonado en un determinado lugar entre las leyes de la naturaleza, sino que es el compendio de todas las leyes, y, por lo tanto, libre, de igual modo que es libre y no condicionado el universo.


... Se coloca en la relación más apasionada con los símbolos y los valores, y sabe valora e interpretar no sólo lo que hay en él, sino también todo lo que le rodea. En este sentido este hombre es al mismo tiempo el más libre y el más sabio, el más moral, y precisamente por esto sufre más que nadie por lo que todavía hay en él de inconsciente: el caos, el destino.


            De ningún modo. Como la verdad sólo es una, existe tan sólo una única necesidad de verdad –la “sinceridad” de Carlyle-, que se siente tanto frente a sí mismo como frente al mundo, sin que pueda escindirse jamás, y así no hay observación del mundo sin autoobservación, y no hay autoobservación sin observación del mundo. Sólo hay un deber, sólo existe una moralidad. Se podrá ser moral o inmoral, y quien sea moral para sí mismo lo será también para los demás.



... El lema de la obra de Schopenhauer, Ensayos sobre el fundamento de la moral: “La moral es fácil de predicar pero difícil de fundar”

(Sexo y Carácter, Otto Weininger) 

jueves, 22 de agosto de 2013

Al romper el alba


            –Yo no quiero eso –repuso ella–. Me parece maravilloso que tengas una chica que no sabe leer ni escribir y así no tienes que recibir cartas suyas. Me parece maravilloso que no sepa que eres escritor y ni siquiera que existen esas cosas, los escritores.


            –¿Qué es lo que tenéis en común, en realidad?
            –África, supongo, y una especie de confianza no demasiado simple y algo más. Es difícil de decir.


... Había llegado a esa edad en que el principal atractivo de las mujeres es contemplarlas y me contó muchas veces que la señora Singh era probablemente la mujer más hermosa del mundo después de miss Mary.


            –Odio la palabra pronto. Tú y pronto sois unos hermanos mentirosos.
            –Entonces no vendremos ninguno de los dos.
            –Tú ven y trae a pronto contigo.
            –Lo haré.


            –Por eso es que ella lava tanto su vestido. Ella quiere ser como la máquina de lavar para agradarte. Tiene miedo de que tú te sientes lejos de la máquina de lavar y te marches. Hermano, señor, esto es una tragedia. ¿Tú no puedes hacer algo positivo por ella?


            –Dile que no existe la palabra amor. Igual que no existe la palabra perdón.
            –Eso es verdad. Pero existe la cosa, aunque no exista la palabra para decirla.


            Yo sabía que lo sabía. Pero era un informador y había sido derrotado por la vida hacía mucho tiempo y eran los bwanas quienes lo habían arruinado aunque él echaba toda la culpa del negativo trance a una esposa somalí... Nadie sabe cuánto hay de verdad en lo que dice un informador.


... Y aquí estaba yo con una mujer a la que quería y que me quería y toleraba mis errores y se refería a esa chica como mi novia, tolerante porque en cierta forma era un buen marido y por otras razones de generosidades y bondad y desprendimiento y queriendo que supiera más cosas de aquel país de las que tenía derecho a saber.


... Decir eso y hacer el chiste de kamba era una señal de amistad, hecha al amanecer cuando el punto de ebullición de la amistad es bajo, para mostrar, amablemente, que sabía que yo intentaba aprender kamba con los no musulmanes y otras gentes de mal vivir y que él lo aprobaba o toleraba.



            Hay mucha diferencia entre un león salvaje y un león merodeador y el tipo de león que los turistas fotografían en el parque nacional, lo mismo que la hay entre el viejo oso pardo que sigue la cuerda de la trampa y la destroza y te arranca el techo de la cabaña y se come las provisiones y nunca consigues llegar a verlo y los osos del parque de Yellowstone que se acercan a la carretera para que los fotografíen. Es verdad que los osos del parque hieren a gente todos los años y, si los turistas no se quedan dentro del coche, pueden tener problemas. Incluso dentro de sus coches tienen problemas alguna vez y algunos osos se vuelven malos y hay que sacrificarlos.


(Al romper el alba, Ernest Hemingway) 

martes, 20 de agosto de 2013

El otro

Padre siempre con sus bromas contra la fe. Anoche dijo que Jesús era como los gauchos, que no quieren comprometerse, y que por eso predicaba en parábolas.
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Cada día que pasa nuestro país es más provinciano. Más provinciano y más engreído, como si cerrara los ojos. No me sorprendería que la enseñanza del latín fuera reemplazada por la del guaraní.
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El poeta de nuestro tiempo no puede dar la espalda a su época.
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El poema gana si adivinamos que es la manifestación de un anhelo, no la historia de un hecho.
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Lo sobrenatural, si ocurre dos veces, deja de ser aterrador.


(El otro, Jorge Luis Borges)
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Ulrica

Inglaterra fue nuestra y la perdimos, si alguien puede tener algo o algo puede perderse.
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Nos presentaron. Le dije que era profesor en la Universidad de los Andes en Bogotá. Aclaré que era colombiano.
Me preguntó de un modo pensativo:
-¿Qué es ser colombiano?
-No sé -le respondí-. Es un acto de fe.

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Para un hombre célibe entrado en años, el ofrecido amor es un don que ya no se espera. El milagro tiene derecho a imponer condiciones.


(Ulrica, Jorge Luis Borges)
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lunes, 19 de agosto de 2013

Al romper el alba

... Leerlos era como leer la crónica de una batalla en la que tú habías luchado escrita por alguien que no sólo no había estado presente sino que, en algunos casos, ni siquiera había nacido cuando tuvo lugar la batalla. Toda esa gente que escribía acerca de mi vida tanto interior como exterior lo hacia con una seguridad absoluta que yo nunca había experimentado.


... Hacía mucho tiempo se había decidido que yo sólo podría superar mi ignorancia aprendiendo por mi cuenta. Pero sabía que de ahora en adelante no tendría a nadie que corrigiera mis errores y por eso, con toda la felicidad que uno encuentra al ser dueño de sus actos, hice de la mañana una mañana solitaria.


            –Si no tuvieras problemas no sería divertido –dijo Pop–. Tú no eres un tipo corriente, y la mayoría de los que ahora llaman cazadores blancos son tipos corrientes que hablan el idioma y siguen las rodadas de otra gente. Tu dominio del idioma es limitado. Pero tú y tus desacreditados compañeros seguid las huellas que hay y podréis hacer alguna nueva.


            Siempre hay tierras míticas que pertenecen a nuestra infancia. Las solemos recordar y visitar algunas veces cuando estamos dormidos y soñamos. De noche son tan fascinantes como cuando éramos niños. Pero si alguna vez regresas para verlas, ya no están allí. Pero por la noche, si tienes la suerte de soñar con ellas, son tan maravillosas como lo fueron siempre.


... Ya no éramos niños, en sentido estricto, pero estoy completamente seguro de que en muchos sentidos lo éramos. Infantil se ha convertido en un término despectivo.


            Es posible sentirse agradecido de que nadie con quien te relaciones voluntariamente diga: “Sé maduro. Sé equilibrado. Sé ponderado.”



... Nadie le dice a nadie en África: “¿Por qué no creces?” Todos los hombres y animales suman un año más de edad cada año y algunos adquieren un año más de conocimiento. Los animales que mueren más pronto aprenden más de prisa. Una gacela joven es madura, equilibrada e integrada a la edad de cuatro semanas. Los hombres saben que en relación con la tierra son niños y que, como en los ejércitos, madurez y senilidad cabalgan muy juntas. Pero tener corazón de niño no es una desgracia. Es un honor. Un hombre debe comportarse como un hombre. Debe luchar siempre preferiblemente y sensatamente con la ventaja a su favor, pero si es necesario también en inferioridad de condiciones y sin pensar en el resultado. Ha de respetar las leyes y costumbres de su tribu tanto como le sea posible y aceptar la disciplina tribal cuando no lo haga. Pero nunca será un reproche decir que ha conservado un corazón de niño, la sinceridad de un niño, la frescura y la nobleza de un niño. 

(Al romper el alba, Ernest Hemingway) 

jueves, 15 de agosto de 2013

Exhibicionista



Los artistas no subliman nada. Que no satisfacen sus deseos ni tampoco los reprimen, sino que los transforman en productos socialmente deseables –sus creaciones-, es una ilusión de psicoanálisis; además las legítimas obras de arte son hoy, sin excepción, socialmente indeseables. Los artistas más bien muestran instintos arrolladores, calificadamente neuróticos, intermitentes y al mismo tiempo en colisión con la realidad. Hasta el sueño burgués de convertirse en actor o violinista como una síntesis de manojo de nervios y rompecorazones es más convincente que la no menos burguesa economía del instinto, por la cual los afortunados de la renuncia se resarcen con las sinfonías o las novelas. Los artistas son más bien la representación del desenfreno histéricamente exagerado que sobrepasa todas las angustias imaginables; es el narcisismo llevado a los límites de la paranoia... El arte es tan antiartístico como los artistas.

(Minima Moralia, T. W. Adorno)

lunes, 12 de agosto de 2013

"gente decente"

La casa le encantó. Y yo más. En mi rostro se notaba la imbecilidad en materia económica que es propia de los artistas y la solvencia moral propia de la "gente decente".
(Mis embargos, Jorge Ibargüengoitia)
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Johanna



... “El que se demora demasiado en examinar sus proyectos, no los ejecuta. Para escribir no hay mejor receta que escribir”. No sé por qué estas palabras me comunicaron confianza.



... me contó que la noche que nos cruzamos en la calle Montevideo soñó que yo la robaba en un automóvil Packard. Me sentí halagado, sobre todo por mi papel en el sueño, pero también por el automóvil. La vanidad es bastante grosera.

(Johanna, Adolfo Bioy Casares)