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miércoles, 3 de octubre de 2012

Ser 'nadie'

Debo decirle desde el principio, si puedo decirlo en inglés, que el Premio Nobel es un accidente, nada más. No es un nombramiento. Y no siento haber sido nombrado para ningún tipo de función. Es sólo un accidente que uno debe intentar olvidar tan pronto como le sea posible. De otra manera, deslumbrado en exceso por ese tipo de cosas, uno puede perderse y zozobrar. Cuando gané el premio Nobel había una especie de... ¿cómo decirlo? Una especie de crítico casándrico que escribió que Seferis debía tener mucho cuidado porque iba a quedarse exangüe en lo que a su trabajo se refería y que podría morir de varias enfermedades, pues ese tipo de cosas sucede a las personas que tienen tanto éxito. Estaba exagerando un aspecto del hecho sin tomar en consideración cómo relacioné yo antes el premio. Por ejemplo, en Estocolmo dije a mis jueces (o lo que fueran): "Caballeros, gracias", al final de una especie de conferencia que di, "por permitirme, tras largos esfuerzos, ser 'nadie', pasar desapercibido, como Homero dijo a Ulises" Y fui muy sincero; después de todo, no reconozco a nadie derecho a agarrarte del cuello y arrojarte a un océano de responsabilidades vacías. ¿Por qué? Resulta escandaloso, después de todo. 


(George Seferis. Conversaciones con los escritores, The Paris Review)

Sin mentiras

Debe de recordar que el único trabajo en que no se puede mentir es la poesía; no se puede mentir en poesía. Si eres mentiroso siempre serás descubierto; quizás ahora, quizás dentro de cinco años, pero terminarás siendo descubierto algún día si mientes.

(George Seferis. Conversaciones con los escritores, The Paris Review)

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lunes, 24 de septiembre de 2012

El momento exacto para hablar

En el transcurso de la entrevista, durante el período de preguntas, muchas de ellas se referían a la situación política griega. Seferis se negó a responderlas. Algunos de los asistentes le acusaron de evasivo pero Seferis se mantuvo firme y durante la cena posterior a la conferencia explicó sus motivos en privado: consideraba que no era correcto criticar a su gobierno encontrándose en el extranjero, fuera de las fronteras del disgusto de su gobierno. En realidad guardó sus respuestas para su regreso a Grecia, haciendo una declaración sin compromiso contra la dictadura, que presentó a los periodistas nacionales y extranjeros desafiando la ley marcial y el obvio peligro personal

(George Seferis. Conversaciones con los escritores, The Paris Review)

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3

Esto me recuerda una conversación que tuve una vez, en la única ocasión que tuve de conocerle, con Henri Michaux. Él había hecho una escala en Atenas proveniente de Egipto, creo. Bajó a tierra a fin de echar un vistazo a la Acrópolis, mientras su barco estaba en El Pireo. Y me dijo en esa ocasión: "Sabe, amigo, un hombre que sólo tiene un lector no es un escritor. El que tiene dos lectores tampoco es un escritor, pero el hombre que tiene 'tres' lectores (pronunciando 'tres lectores' como sí fueran tres millones), ese hombre es un 'verdadero' escritor".

(George Seferis. Conversaciones con los escritores, The Paris Review)

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