martes, 10 de junio de 2008

Bloomsday

El 15 de junio de 1904, la paciencia de un joven enamorado llega a su fin, decidiendo escribirle a su amada lo siguiente:

Debo estar ciego. Observé durante largo tiempo una cabeza de pelo castaño rojizo mientras pensaba que no era la tuya. Volví a casa muy abatido. Me gustaría concertar una cita, pero quizás no te convenga. Espero que seas lo suficientemente bondadosa como para concertarla tú conmigo, si es que no me has olvidado.

James A. Joyce.

Al siguiente día James sale a pasear con Nora, sin imaginar que esa cita sería conclave en el mundo del joven escritor irlandés, ya que ella se convertiría en su mujer de por vida, soportando junto con él su vagabundeo por el mundo. También sin imaginar que diez años después comenzaría el Ulises, novela que finalizaría siete años después, para 1921; en ella se cuenta la zaga del Leopold Bloom que realiza el 16 de Junio de 1904, conocida y celebrada actualmente como el Bloomsday. Para Joyce, aquella cita con Nora fue la que le cambió la vida, un pequeño tributo a su cómplice de su gran aventura. Es curioso como inicia la carta, con esa frase de “Debo estar ciego”, y pensar que si algo aquejó al escritor durante toda su vida fue su vista y la docena de operaciones e intervenciones que tuvo que sufrir por sus ojos.

Bloomsday, un día que inicia con una visita a la Torre Martello y finaliza conun diálogo interior a obscuras.

¿Qué se puede decir del Ulises? El libro en el que está cimentado la literatura del siglo XX, que dará de que hablar por 300 años a los críticos (palabras de Joyce), con sus 18 capítulos escritos de formas distintas, el famoso diálogo interior de Molly Bloom con su “yes” como inicio y punto final, el capítulo del Ciudadano, su teoría sobre Shakespeare y sus obras, el “patito feo” o capítulo de preguntas y respuestas a la forma de catecismo, la parte de Gerty MacDowell, el aquelarre del 15 con uno de los finales más hermosos que uno puede toparse, etc., etc. sin dejar de lado las intervenciones de Lynch y Malachi “Buck” Mulligan, amigos de Stephen Dedalus, el héroe de su novela anterior y que ahora deja paso a Bloom, el nuevo héroe del siglo XX, el hombre que se enfrenta solo a toda una nación… y la vence.

Aquí algunos extractos de este increíble libro y su día memorable.

saludos y feliz Bloomsday para el próximo lunes.



Ulises
James Joyce

Stephen: (ríe vacuamente) Mi centro de gravedad está desplazado. He olvidado el truco, sentémonos en algún sitio a discutirlo. La lucha por la vida es la ley de la existencia pero los modernos filirenistas, especialmente el zar y el rey de Inglaterra, ha inventado el arbitraje. (se golpea la frente) Pero aquí dentro es donde debo matar al cura y al rey.


¿Cuál es la edad del alma del hombre? Igual que tiene la virtud del camaleón de cambiar de matiz a cada nuevo encuentro, de ser alegre con los regocijados y triste con los abatidos, así también su edad es tan cambiante como su humor.


-Pero no sirve de nada –dice-. Fuerza, odio, historia, todo eso. Ésa no es vida para hombres y mujeres, insultos y odio. Y todo el mundo sabe que eso es exactamente lo contrario de lo que es la verdadera vida.

-¿Qué? –dice Alf.

-El amor- dice Bloom- Quiero decir lo contrario del odio.


-“Yo soy la resurrección y la vida”. Eso le toca a uno el fondo del corazón

-Eso es –dijo Bloom.

Tu corazón quizás pero, ¿qué le importa al tipo en el seis pies por dos con los dedos de los pies en las margaritas? Eso no lo toca. Sede de los afectos. Corazón partido. Una bomba después de todo, bombeando miles de galones de sangre por día. Un buen día se atasca: y ya estamos. Montones de ellos yaciendo por aquí: pulmones, corazones, hígados, viejas bombas oxidadas: al cuerno lo demás. La resurrección y la vida. Una vez estás muerto. La idea del último día. Levantándoles a todos de un golpe de sus tumbas. ¡Sal fuera, Lázaro! Y salió el quinto y perdió el trabajo. ¡Levantaos! ¡El día final! Entonces cada quisque hurgando por ahí en busca de su hígado y sus tripas y el resto de sus asuntos. Encontrar todas sus malditas cosas por sí mismo esa mañana. Un pennyweight de polvo en una calavera. Doce gramos son un pennyweight. Media Troy.

2 comentarios:

firmin dijo...

Estoy leyendo Ulises, por fin totalmente enganchada y mara villada. Acabo de robarle su foto pero volveré. Saludos

Enrique dijo...

gracias por tu comentario firmin, yo estoy releyendo el ulises y estó tan enganchado como tú. y creo que después de leer el final de "hades" poco se puede agregar.

saludos