viernes, 19 de febrero de 2010

la ciénega

En enero de 1900, Tolstói enfermó gravemente y Chéjov, que estaba en Yalta, temía por su vida. "Si llegara a morirse -le escribía a su amigo Ménshikov-, dejaría un gran vacío en mi vida... Nunca he querido tanto a nadie como a él... Yo no soy creyente, pero de todos los credos, el suyo es el que siento más cercano, más adecuado a mí. Además, mientras en la literatura exista un Tolstói, ser escritor resulta sencillo y hermoso... Sin él, los escritores serían un rebaño sin pastor o una ciénega horrible en la que sería difícil orientarse."

(Antón Chéjov. Natalia Ginzburg)

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