martes, 8 de marzo de 2011

en busca del mal

¡Lo que es la juventud! Aunque Luis Cardoza y Aragón era mucho mayor que yo, también le dio por sentirse Rimbaud. Era de los que iban a los lugares más increíbles explorando yo no sé qué, porque uno buscaba la sabiduría empíricamente ¿no? y Cardoza, al igual que yo, creía que para saber del crimen tenías que cometerlo, para saber del mal, ser el diablo.

Nos embriagábamos juntos hasta amanecer tirados. Tanto esfuerzo y ¡luego resulta que el mal no se puede hacer por receta, menos el bien, ni siquiera cuando las circunstancias te impulsan! No tienes más remedio que escoger entre el bien y el mal. Imagínate a Luis y a mí, metidos en una piquera, hechos un desastre después de habernos peleado con medio mundo y dicho más groserías que los carretoneros de a de veras. Nuestro esfuerzo por ser como ellos era inaudito; sin embargo, resultó falso porque tú no eres así, ni vives así y a la mañana siguiente te sacudes el aserrín y te vas a tu casa a meterte bajo la regadera, tienes ropa limpia, comida, un trabajo, un interés por pintar, por escribir, por discutir, por aprender. Nunca lograrás tocar el fondo de ese mal tan buscado y ese infierno de todos tan temido.


(Elena Poniatowska. Juan Soriano, Niño de mil años)

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