viernes, 25 de marzo de 2011

un sueño

El ejemplo del joven literato que vivía exclusivamente de su trabajo actuó como un aldabonazo en mi imaginación. Vivir de mi trabajo y hacerme también literato se me antojaba un objetivo poético y sublime en el que valía la pena soñar. No me daba un minuto de sosiego imaginando temas para un relato original. Cientos de veces, tras esbozar el comienzo sin madurarlo demasiado y antes de haber podido pensar en el final me quedaba desolado y desanimando y abandonaba el trabajo. Leónov, el más perezóso de los mortales, admiraba mi paciencia y mi amor al trabajo; Pliushar asentía con la cabeza y constantemente repetía: "Vous ne ferez absolument rien" (Usted no conseguirá absolutamente nada). Mi ardiente deseo de escribir algo propio y el esfuerzo que invertí para ello desminitieron los vaticinios de Pliushar.

(Dmitri Grigoróvich. Memorias Literarias)

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