miércoles, 20 de febrero de 2013

Reverdecer



           
            Por poco que te muevas,
            Despiertan mis angustias,


            El episodio no tenía otro significado que el de probar lo ciega y lo cruda que era la juventud.


            -No podemos juzgarla como a las otras mujeres. Emilia estaba en un plano distinto. Era de luz y de aire.
            Se despidieron. Vio partir a Araujo en el automóvil negro: entro en la casa, encendió el calentador, preparó unos mates. Quería meditar sobre el descubrimiento de esa noche: porque otro la había querido, él no estaba solo, la memoria de Emilia se ensanchaba y más allá de la tumba continuaba el milagro de la vida.


(Reverdecer, Adolfo Bioy Casares)

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