martes, 11 de junio de 2013

Edición Piper (Nombre de una veterana y conocida editorial alemana)


Los mismos intelectuales están ya tan bien asentados en lo establecido de su aislada esfera, que no acogen más que lo que se les sirve con la firma de algún highbrow. La ambición se limita a desenvolverse entre el repertorio aceptado, a encontrar la consigna correcta. El secesionismo de los consagrados es pura ilusión y mera expectación. Aún están demasiado lejos de ser renegados; ponen gruesas gafas de cristales planos a la cara de la mediocridad sólo para parecer ante sí mismo y en el seno de la competencia universal más “brillantes” la precondición subjetiva para la oposición, el juicio no normado, se extingue mientras su conducta se decanta en ritual de grupo. Stalin no necesita más que carraspear para que tiren a Kafka y a van Gogh a la basura.

(Minima Moralia, T. W. Adorno)

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