miércoles, 22 de febrero de 2012

notas sobre "Lulú. El espíritu de la tierra"


Lulú

Prólogo de Karl Kraus

El amor de las mujeres contiene, como la caja de Pandora, todos los dolores de la vida, pero están envueltos en hojas doradas y están tan llenos de aromas y colores que uno nunca debe quejarse de haber abierto la caja.

Félicien Rops


... los más profundos investigadores de la vida sentimental masculina han comenzado a balbucear antes de que sus propias heroínas abrieran los ojos, y la inefable tragedia a la que ponen palabras ha sido siempre la tragedia de la virginidad perdida.


... por eso, todo el que desea la mujer poliándrica la quiere para sí. Este deseo, y sólo él, debe considerarse como la fuente original de todas las tragedias del amor. Querer ser elegido sin concederle a la mujer el derecho de elegir.


Un prominente espíritu berlinés ha demostrado su total incomprensión del mundo de este doble drama al aconsejar que el talentoso autor tenga a bien buscar rápidamente otra materia. Como si el poeta pudiera “elegir una materia”, como el sastre o el periodista de semanarios que le presta su traje estilístico a las opiniones ajenas.


Lulú
El espíritu de la tierra

De materia basta la naturaleza me creó
y hacia la tierra me atrae el deseo.
Al mal espíritu pertenece la tierra,
no al bueno. Lo que nos envían los divinos
desde lo alto sólo son bienes comunes;
su luz regocija, pero no enriquece a nadie,
y en su estado no se ganan posesiones.
Las piedras preciosas, el oro tan preciado,
hay que conquistarlos a los falsos poderes,
que moran malignos en las sombras.
No son sacrificios se atraen sus favores
y nadie vive cuya alma.


¡Qué bien la pasa un actor en el teatro! No teme por la carne que cubre sus costillas, por más que el hambre sea terrible y el estómago del colega esté vacío.
Pero si en el arte algo grande se quiere alcanzar, no se debe comparar el mérito y la paga.


Goll.- Mire, el arte tiene que reproducir la naturaleza de manera que se pueda gozar espiritualmente.


Lulú.- ¿Por qué no hace que sus piezas sean tan interesantes como la vida?
Alwa.- Porque nadie nos creería.


Escerny.- Mi anhelo de entregarme ahora sin reparos al poder de una mujer es una necesidad natural de relajamiento... ¿Puede usted imaginarse una felicidad mayor para una mujer que tener a un hombre totalmente en su poder?
Lulú (Tintineando con los tacones).- ¡Oh, sí!
Escerny (Confuso).- Entre hombres cultos no encontrará ninguno que no pierda la cabeza delante suyo.
Lulú.- Sin embargo, nadie le convertirá sus sueños en realidad sin engañarse al mismo tiempo.


Lulú.- Tiene razón al señalarme cual es mi lugar. Y la mejor manera de hacerlo era hacerme bailar la Skirtdance ante su novia... Me hace un gran favor indicándome cual es mi posición.
Schön (Sarcástico).- ¡Teniendo en cuenta tu origen, es una suerte sin igual que todavía tengas la oportunidad de presentarte ante gente decente!
Lulú.- Aunque no sepa dónde mirar ante mi indecencia.


(Lulú, el espíritu de la tierra. Frank Wedekind)

No hay comentarios: