martes, 24 de julio de 2012

Propiedad privada

En la dependencia de esa carne, de la accesible generosidad de la selva, quizás pudiera encontrarse la explicación de la incapacidad de sus habitantes para desarrollar una agricultura seria, que podría haber dado lugar a otra clase de civilización, otra clase de ser humano. Más capaz de aceptar el mundo exterior, más capaz de moverse en todas direcciones. Pero eso era solo un aspecto de la cuestión. Guy Rossatanga-Rignault decía que la enfermedad del sueño, el paludismo y el tremendo calor imposibilitaban la cría de ganado en Gabón. Quizás, como también había dicho con su inimitable estilo, la tierra no estuviera hecha para los seres humanos; solo para los animales.

(La máscara de África, V.S. Naipaul)

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