lunes, 21 de noviembre de 2011

preocupación

Los japoneses, los mexicanos y los turcos se parecen; oscilan entre una rebuscada docilidad y una violencia descontrolada. Se humillan ante la autoridad, para luego dar muestras desenfrenadas de ira. Si se observa a un mexicando en un bar, puede verse cómo saluda a un amigo dándole un gran abrazo rodeándolo con ambos brazos aunque, al cabo de poco tiempo, esté casi a punto de matar a ese mismo amigo. ¿Por qué? Una palabra imprudente, un insulto imaginario. ¿Cuándo van a empezar los turcos a respetar los derechos humanos? ¿Cuándo se terminará el régimen policiaco? Imagino que tendrá que pasar mucho tiempo. Son un pueblo peligroso, y el honor de los hombres parece estar continuamnete a prueba; tiene que reafirmar públicamente su valor de continuo. Tiene que demostrarle al mundo que no se dejan intimidar. No obstante, temen a las autoridades, por buenos motivos; no porque ellos las hayan elegido, sino porque los que están en el poder recurren a la fuerza de pronto y sin previo aviso. Cuando un turco inclina la cabeza en señal de obediencia, hay que empezar a preocuparse.


(Mi vida, Elia Kazan)

No hay comentarios: