miércoles, 29 de mayo de 2013

Diario y fantasía



            La inteligencia obra como una suerte de ética. No permite concesiones, no tolera ruindades.

            Hay algo muy íntimo en las noches. La cama es un nido. Los sueños dejan nostalgias de cosas nuestras, que demasiado pronto olvidamos. Más exclusivamente que en la vigilia, en el sueño somos nosotros. Contribuimos con todo el reparto.


            Cuando yo era muy joven, un viejo escritor me explicaba: “Escribir lo que no has de publicar no es escribir. Escribir borradores no es escribir. Corregir no es escribir”.



            Mi tío Enrique me decía: “Todas las mujeres del mundo son tres o cuatro”. Y agregaba, a manera de explicación: “Imaginamos que hay muchas personas, porque hay muchas caras”. Aunque implícitamente me había dado la respuesta, yo preguntaba: “¿Los hombres también somos unos pocos?”. Mi tío respondía: “Es claro, seguramente; pero de los hombres no sé nada, porque no pienso en ellos”. 


(Diario y fantasía, Adolfo Bioy Casares)

No hay comentarios: