viernes, 29 de junio de 2012

Excavación




Nada es tan sintomático de la decadencia del movimiento obrero como que el propio obrero no tome nota de él… Dócilmente, sin ningún impulso en contra refleja la dominación y se identifican con ella. En lugar de solucionar el problema de la mujer, la sociedad masculina ha extendido de tal manera sus principios, que las víctimas no son ya en absoluto capaces de hacerse cuestión de la cuestión misma. En la medida en que se les concede cierta cuantía de bienes mercantiles aceptan con unánime entusiasmo su suerte, dejan el pensamiento para los hombres, difaman todo tipo de reflexión que choque con el ideal de feminidad propagado por la industria cultural y se abandonan de grado y por entero a la esclavitud, en la que ven la realización de su sexo… No en vano se llaman “modernas” las mujeres de Ibsen. El odio a lo moderno y el odio a lo anticuado son lo mismo.


(Minima Moralia, T. W. Adorno)

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