jueves, 12 de abril de 2012

introducción del libro Sexo y Carácter de Weininger

… Si todo suicidio deja pendiente el gran problema de la vida…


... Stefan Zweig, de la misma edad y que lo conoció bien, lo describe como dando “siempre la impresión de que acababa de llegar de un viaje en ferrocarril de más de treinta horas, sucio, fatigado, los trajes arrugados, con un aire incómodo y una sonrisa oblicua”.


... Pero, al propio tiempo, la Viena de Karl Kraus, Loos, Schitzler, Mahler, Schönberg, Kokoschka, Musil, Wedekind, Rilke, Hoffmannsthal, Strauss (Richard), Avenarius, Mach, Freud y tantos otros...


... El lúcido que no escribe para lúcidos, sino para aportar lucidez a quienes no la poseen, está condenado al fracaso en una sociedad semejante, carece de interlocutores...


... Freud señaló, a propósito de Weininger, que su antisemitismo –como luego su misoginia- se apoya en el odio al castrado y por consiguiente, en el odio hacia sí mismo, del castrado a sí mismo, por su incapacidad para asumir su propia situación de castrado y desde ella, erigirse en no castrado, en potente. En efecto, no sólo el odio a sí mismo del renegado semita, sino el de todo aquel que rechaza o simplemente no asume algún o algunos aspectos de su self, lo que viene a demostrar es su impotencia, la conciencia de ésta, la conciencia de su incapacidad para alcanzar su identidad deseada desde su condición indeseable.


... El carácter no es otra cosa, continúa, sino el lugar en donde tiene su origen cada sentimiento y cada pensamiento del individuo en calidad de tal individuo. En cada instante de la vida psíquica se contiene el ser humano entero, dice Weininger; y aquello que se manifiesta de manera continuada en la vida psíquica es justamente lo que debe ser considerado como objeto de la caracterología.


Carlos Castilla del Pino.

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