jueves, 19 de abril de 2012

Notas sobre "El Blanco Invisible"



… Cuando la visión justa y sin bloqueo es ejercida, lo penetra todo, incluso el arte del sable. Los hombres ordinarios sólo se ocupan de las palabras cuando oyen un nombre, en sus espíritus surge un juicio y de esta manera permanecen apegados a una sombra. Pero aquel que posé la verdadera visión ve cada objeto en su propia luz. Cuando ve un sable comprende inmediatamente como debe enfrentarse a él. De esta forma afronta la multiplicidad de las cosas y no es confundido (Dokyo Yetan)


Un enemigo que vences sigue siendo tu enemigo. Un enemigo que convences se convierte en tu amigo.


… Pero creo que la razón es la siguiente: usted estaba decidido a ganar, yo estaba totalmente determinado a morir si perdía esa es toda la diferencia entre nosotros.


-Usted sólo ha aprendido la técnica. Usted sólo está preocupado de saber cómo combinar su ataque. Los Maestros antiguos han inventado las técnicas con el único fin de iniciarnos al método más apropiado para ejecutar el trabajo. El método es naturalmente simple y eficaz. Contiene todos los aspectos esenciales del arte. La eficacia técnica no es la meta del arte. No es más que un medio que debe estar en armonía con la Vía. Si la Vía es olvidada, y la eficacia sobre valorada, el arte del combate degenera y es utilizado de cualquier manera. No olvide nunca esto.

-Usted es capaz de utilizar una gran parte de sus poderes psíquicos, pero el simple hecho de tener conciencia de ello actúa en su contra. Oponer el poder psíquico al adversario no es una solución, ya que corre el riesgo de encontrar otro poder mucho más fuerte. Dice que su espíritu llena el Cielo y la Tierra, pero se equivoca. No se trata del espíritu sino de su sombra. No hay que confundir el psiquismo con el espíritu. El verdadero espíritu es una oleada de energía inagotable que fluye como un río mientras que la fuerza del suyo depende de ciertas condiciones, parecido a los torrentes que sólo viven el tiempo de una tormenta. Esta diferencia de origen implica una diferencia de resultados. Un ratón arrinconado se muestra a menudo mucho más combativo que el gato que lo ataca. Se encuentra al acecho y todo su ser encarna el espíritu de combate. Muy pocos gatos pueden romper su resistencia.

-Eso que usted llama actitud de no-resistencia no está en armonía con la Naturaleza. Se trata de una estratagema fabricada por su mente. La no resistencia artificial necesita una voluntad psíquica que interfiere la calidad de sus percepciones y bloquea la espontaneidad de sus movimientos. Hay que despojarse de todas las coacciones mentales para dejar que la Naturaleza se manifieste a fondo. Cuando la Naturaleza sigue su propio camino y actúa a su modo en uno, no hay ya ninguna sombra, ninguna vacilación, ningún fallo de os que pueda aprovecharse el adversario… A pesar de que sólo soy un simple gato que no conoce muchas cosas de los asuntos humanos, permitidme evocar el arte del sable para explicar algo más profundo. El arte del sable no consiste solamente en vencer al adversario. Es ante todo un arte de ser conciente, en el momento crítico, de la causa de la vida y de la muerte. Un samurai debe acordarse de esto y ejercerse a un entrenamiento espiritual tanto como a la técnica del combate. Debe pues intentar penetrar la causa de la vida y de la muerte. Cuando se alcanza este nivel de la existencia, se está libre de todo pensamiento egoísta, no se alimenta ninguna emoción negativa, no se calcula ni se delibera. El espíritu no resiste, está en armonía con todo lo que lo rodea.
Cuando hayáis llegado al estado de ‘no-deseo’, el espíritu, que por naturaleza es informe, no contiene ningún objeto. El ki, la energía espiritual, se expande entonces sin bloqueos, de manera equilibrada. Si, por el contrario, un objeto la atrae, la energía se mueve y fluye en una sola dirección mientras que en la otra dirección falta. Allí donde hay demasiado, desborda y no puede ser controlada. Allí donde falta, no es suficiente alimentada y se encoge. En ambos casos os encontráis en la imposibilidad de enfrentaros a situaciones que están continuamente cambiando. Pero allí donde prevalece el ‘no-deseo’ el espíritu no es impulsado en una sola dirección, sino que trasciende a la vez sujeto y objeto.

-El enemigo existe porque hay un “yo”. Cuando no hay “yo”, no hay enemigo. Si a cada cosa le adosáis una palabra, una etiqueta, si la encerráis en una forma fija y artificial, parecen que existen en oposición. El macho se opone a la hembra, el fuego al agua. Pero cuando no se manifiesta ningún juicio en vuestra mente, ningún conflicto ni oposición puede aparecer. No hay entonces ni “yo”, ni enemigo. Una vez superada la mente, se saborea un estado de absoluto “no hacer”, se está en serena armonía con el universo, se es uno con él. En ese momento no se hace ninguna elección entre verdadero o falso, entre agradable o desagradable. Se es libre del mundo dualista fabricado por vuestra mente. Pero cuando un minúsculo grano de polvo entra en el ojo, ya no podemos mantenerlo abierto. El espíritu es parecido al ojo. Pierde su poder desde el momento en el que un objeto entra en él.
“Esto es todo lo que puedo explicaros. Vosotros debéis experimentar su veracidad. La verdadera comprensión se sitúa más allá de cualquier enseñanza escrita. Es necesaria una transmisión especial de hombre a hombre, pero de todas maneras es uno mismo quien debe alcanzar la verdad. Enseñar no es muy difícil, oír tampoco, pero ser conciente de lo que está en vosotros es realmente difícil. El “satori”, el despertar, no es nada más ni nada menos que el hecho de ver en el interior de sí mismo. El satori es el fin de un sueño. El despertar, la realización de sí mismo, y ver en el interior de su propio ser no son más que sinónimos…

(El Blanco Invisible, Pascal Faulliot)

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