jueves, 11 de octubre de 2012

escritores y política

Ent.: ¿Qué puede decirnos sobre los escritores como líderes? Yeats, por ejemplo, ocupó una cartera.

W. H. A.: ¡Y lo hizo terriblemente! Pocas veces los escritores son buenos líderes. Son autónomos, por un lado, y tienen muy poco contacto con sus clientes. Resulta muy fácil ser irrealista para un escritor. No he perdido interés por la política, pero he llegado a darme cuenta de que, en casos de injusticia social o política, sólo hay dos soluciones efectivas: acción política y reportajes objetivos de los sucesos. El arte no pude hacer nada. La historia política y social de Europa habría sido exactamente la misma aunque no hubiesen existido Dante, Shakesperare, Miguel Angel y todos los demás artistas. Un poeta, el verdadero poeta, solamente tiene un deber social, a saber: sentar un ejemplo del uso correcto de su lengua materna en su obra, lengua que se corrompe constantemente. Cuando las palabras pierden su significado, la fuerza física prima. Bajo cualquier circunstancia hay que permitir que un poeta, si así lo quiere, escriba un poema de lo que ahora se denomina engagé, siempre y cuando se beneficiará de ello. Esto hará que crezca su reputación literaria entre los que piensan de la misma manera que él.


(W. H. Auden. Conversaciones con escritores, The Paris Review)

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