miércoles, 10 de octubre de 2012

Pequeñeces

 

            -¡Qué quiere que le diga! –dijo encogiéndose de hombros-. Es una mujer, y a las mujeres, Nicolás Ilich, siempre les duele algo.


            Mientras tanto Aliosha, sentado en un rincón, relataba atormentado a Sonia cómo había sido engañado. Lo hacía temblando, tartamudeando, llorando; por primera vez en su vida tropezaba tan brutalmente, cara a cara, con la mentira; no sabía antes que, aparte de las peras dulces, pastelillos y relojes caros, existen en el mundo muchas otros cosas que no tienen nombre en el lenguaje infantil. 

(Antón Chéjov)

No hay comentarios: