martes, 27 de noviembre de 2012

Frankensteins de letras

Ent.: ¿Por qué lamenta haberse convertido en un novelista profesional?

A. B.: Pienso que el esfuerzo mental, la preocupación, las dudas interiores, apenas se compensan con el resultado; las agonías de la creación y el sentido de responsabilidad para con la musa de uno... todas esas cosas se convierten en algo insoportable.

Ent.: ¿Las probabilidades de vivir de la literatura de ficción son más adversas hoy que antes?

A. B.: No lo sé. Lo que sí sé es que a medida que me vuelvo más viejo tengo más ganas de vivir y tengo menos oportunidades de hacerlo. No creo que haya querido encadenarme a una forma de arte; estableciendo la propia identidad a través de una forma artística uno se convierte en una especie de Frankenstein creando un monstruo, por decirlo así. Me gustaría vivir más fácilmente, me gustaría carecer del sentido de responsabilidad para con el arte. Pero más que todo, me gustaría no tener que escribir ciertas novelas que hay que escribir porque nadie más las escribiría. Me gustaría ser más libre, me gusta la libertad y creo que habría sido mucho más feliz siendo un oficial colonial y escribiendo una novela rara en mi tiempo libre. De esa manera habría sido más feliz que siendo una especie de profesional de las letras que gana la vida con las palabras.


(Anthony Burgess. Conversaciones con los escritores, The Paris Review)

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