jueves, 29 de noviembre de 2012

un poco de cine

Ent.: ¿Piensa que hay posibilidad de que el novelista se sienta en desventaja, de que la instantaneidad y totalidad de la imagen la obliguen a esforzarse por ponerse al día? ¿Nunca ha sentido esto?

J. U.: Sí, por supuesto. Estamos sedientos de éxito, de aliento de la atracción. En verdad, una película no requiere mucho trabajo; se vierte hacia nuestro interior, nos llena como la leche llena un vaso, mientras que se necesita cierto esfuerzo mental para convertir un montón de signos mecánicos sobre una página en imágenes vivientes y con movimiento. Así que, en efecto, el poder del cine, su increíble poder, de la estupidez a la genialidad, nos cautiva, nos hipnotiza... lo que no sé es si tan importantes son para el arte del novelista los intentos e imitar esta instantaneidad, este paso incesante de imágenes. Pienso que la novela se deriva de dos fuentes: los escritos históricos y las cartas.


(John Updike. Conversaciones con los escritores, The Paris Review)

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